el arte me mantiene libre,
la bohemia es un estlio de vida,
el arte me dá la vida.
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Soy un privilegiado, la gente tanto a nivel artístico como humano no me deja pasar ni una, y eso me ayuda a crecer humana y artísticamente.
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Tengo claro lo que hacer, pero hay que darle muchas caricias al barro para transmitir la idea que se encuentra en mi mente y poder hacerla visible en una pella de barro.
Manuel Sánchez Raposo, artista polifacético de raíces andaluzas pasa gran parte de sus días entre palillos, con los que da forma a sus esculturas, pinceles y paletas de colores.
No resulta complicado verlo pasear por las calles de San Fernando(Cádiz), ciudad en la que habita, con andar relajado. Tan solo con observarlo detenerse cada pocos metros en su caminar, e intuir la manera en la que interpreta los detalles que se cruzan en su travesía, es toda una lección para comprender que el arte no se encuentra en las manos del genio, sino en su manera de sentir aquello que le rodea.
San Fernando, ciudad sitiada entre playas, bahía y salinas, una fuerte impronta a brisa y sal y una gran memoria artística, principalmente en el mundo del flamenco y el toreo, marcan en pequeñas dosis una influencia que se plasma en cada una de sus obras. Manuel, apenas es un niño cuando muestra su atracción hacia el mundo artístico, comienza con la pintura, dedicando sus primeros años a familiarizarse con la técnica del retrato, ademas de plasmar otros temas en sus pinturas como paisajes naturales, motivos cofrades e inspiración taurina. Ya en su madurez artística, después de un largo aprendizaje totalmente autodidacta, a través de diversas técnicas y estilos en la pintura, encuentra la forma de vida que deseaba, Dejando todo para dedicarse de manera profesional a su pasión, el arte.
Su ambición artística le empuja en un constante crecimiento, e inicia una nueva aventura con el barro, hasta el punto que a día de hoy es reconocido como un enorme modelador de figuras de belén en barro, las cuales se reparten por todo el mundo, es esta última la acción que más tiempo le ocupa en los últimos años, habiendo salido de sus manos infinidad de esculturas, tanto de belén, como bustos o figuras y caricaturas de multitud de personajes reconocidos.
Sus obras siguen un canon muy personal, quedando reflejadas las sensaciones y experiencias vividas por el propio artista.